Mes: Agosto
Obra: Números Primos
Grupo: DanzaClown
La risa, remedio infalible. Ese es el título de una sección de la revista Selecciones del Reader´s Digest. Tendría unos diez o doce años cuando robaba esas revistitas del kiosko de mi abuelo. Me escondía debajo de una mesa y allí me ponía a leer esos chistes cortitos, sencillos, humildes que más que reir a carcajadas, me hacían esbozar sonrisas. Al rato me descubrían y ahí tenía que devolver las revistitas que luego alguno las leería por primera vez. Pero con algo me quedaba, con eso de que las risas que andan por ahí y hay que ir a su encuentro.
Si digo risa, me viene a la cabeza un payaso. No sé bien por qué, pero es un ejercicio que he repetido y siempre salió así. Se que a algunass personas, estos personajes no les gustan y hasta le temen. Que sé yo. Clown, arlequín, pagliaccio. Los bufones de la corte, el genio absoluto de Chaplin, la voz que nos regalaba Caruso y aquel triste ridi pagliccio, la historia que nos acerco Hollywood del médico Patch Adams, la poco conocida vida de Miloud Oukili y su Circo Parada, sinónimo de compromiso vital. Todos ellos llevan a la risa como bandera. Todos buscan comunicarnos otras realidades que laten y vibran debajo de eso que nos provoca la risa. Son comunicadores que utilizan el humor como elemento común.
Lean estos datos. Reímos a las 36 horas de haber nacido. Los nños lo hacen unas 300 veces al día y los adultos entre 15 y 100 veces. Ahora entiendo esa vitalidad del niño y el por qué de tanto aduto débil, inmóvil, aletargado. Movemos - al reír - unos 400 músculos de la cara, el toráx y otros partes que se estremecen de contentos. La risa, es un remedio que no falla.
Hace unos días gocé, reí, me estremecí de contento. Cara, torax, piernas, una sinfonía de movimientos y más. Me acerque al Centro Cultural Adán Buenosayres, a las corridas y en una noche fría, me cobije en un mundo de risas y baile que propone Números Primos del grupo DanzaClown.
Frente a mis ojos - nuestros ojos porque es una experiencia colectiva -, se nos presentan unos seres de ñata roja, algo desalineados, sensibles y parlanchines que juegan, a veces por caminos individuales y otras, en conjunto por algunos universos conocidos. La espera en alguna parada del colectivo 4, la búsqueda de una calle algo complicada de pronunciar, la desenfrenada alegría de quedarse solo en casa sin la pareja de uno, son apenas algunos de esos universos rebozados y condimentados que saboreamos en este encuentro. Las risotadas y risitas tienen su contrapunto "serio" con la danza. Una a otra se alimentan. Tanto Elina Marchini como Rafael Cabello - excelentes ellos - son unos enamorados bailarines que van de aquí para allá flotando y nos alejan unos segundos del eje de la risa. Son cómplices de este juego que se nos presenta y - sin querer, queriendo - nos lanzan a otra dimensión donde la risa manda. Luisina Dichena, Carla Roseti, Manuel Reyes y Diego Recagno se adueñan de nuestros cuerpos y como titiritero con su títere nos mueven hilos de sensibilidad y carcajada. De soledad y desencuentros, de esperanzas y posibilidades. Julio Muzio y su equipo de trabajo saben lo que hacen y nos dejan con una sonrisa que no quise disimular al salir. Creo que ese día pase de las 100 risas por día que tiene un adulto. Por suerte.
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