Un día, allá por febrero, compré un diario en el puerto para entretenerme en mi tantas veces repetido viaje a Colonia. Arriba del barco, soy uno más de los tantos que viajan, soy uno más de los que van leyendo. Pero ese día, allá por febrero, me sentí bajo el seguidor de luz, ese halo que me deja iluminado por las causalidades. Y allí, allá, frente a mis ojos, es revelada una historia que sentí que es al menos, increíble y mágica en iguales proporciones. Contaba el devenir de un hombre llamado Sixto Rodríguez y todo partía de un documental que narra su historia (y algo más) denominado Searching for Sugar Man. Recuerdo devorar cada palabra de la nota, llenarme de intrigas, preguntas y prometerme ver la película en el inmediato futuro. Promesa que desapareció al instante de pisar Colonia. Se desvaneció la luz, dejando un mudo recuerdo.
Hace unos días, apareció nuevamente la historia y aquel recuerdo de febrero se hizo presente en mayo. Y entendí, que aquel momento no era "él" momento. Era hoy, o mejor dicho, era ese "él" día, aquel en que la historia, la película, la música, nos volvimos a encontrar. Quizás es igual que éstas líneas, que te cuentan por primera vez esta historia o se vuelven a interponer en tu camino. Sea cual sea, pasen y vean, la increíble e inspiradora historia del genio de Sixto Rodríguez y su música alada.
Hace unos días, apareció nuevamente la historia y aquel recuerdo de febrero se hizo presente en mayo. Y entendí, que aquel momento no era "él" momento. Era hoy, o mejor dicho, era ese "él" día, aquel en que la historia, la película, la música, nos volvimos a encontrar. Quizás es igual que éstas líneas, que te cuentan por primera vez esta historia o se vuelven a interponer en tu camino. Sea cual sea, pasen y vean, la increíble e inspiradora historia del genio de Sixto Rodríguez y su música alada.
Y prefiero no develar más de lo que es este avance.
No voy a arruinar la fiesta que significa descubrir uno mismo todo lo que rodea al documental.
Y seguramente, si siguen de parranda, la música de este caballero, los acompañará de ahora en más.
Como a veces se dice por ahí, querido Sixto, gracias por tanto, perdón por tan poco.
No voy a arruinar la fiesta que significa descubrir uno mismo todo lo que rodea al documental.
Y seguramente, si siguen de parranda, la música de este caballero, los acompañará de ahora en más.
Como a veces se dice por ahí, querido Sixto, gracias por tanto, perdón por tan poco.
Aquí, la nota de aquel febrero.
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