La niebla se disipa y de la nada, un barco aparece. En él, el agente Teddy Daniels (Di Caprio) y su compañero Chuck Aule (Ruffalo). Detectives, policías de un policial. Teddy se marea y en el baño moja su rostro queriendo quitarse su malestar. Se ve al espejo (que somos nosotros, los espectadores), está desencajado, aturdido, ¿quién es? ¿Qué ve? El juego que nos propone el reflejo será constantemente jugado a lo largo de la película. Imágenes que vemos, que creamos, que intuimos. ¿Quién piensa la película? ¿Acaso somos nosotros los que recorremos ese camino, o lo hace Teddy Daniels y nosotros lo acompañamos? ¿O será todo un juego que juegan con Teddy y juegan con nosotros?
La isla siniestra (2010) de Martin Scorsese es la cuarta colaboración entre el director y Di Caprio, que, como una vez lo fue Robert de Niro, hoy es él objeto de sus juegos. Pandillas de Nueva York, El aviador, Los infiltrados y ésta contienen elementos en común que aparece a lo largo de la filmografía de Scorsese en mayor o menor medida. La locura, la paranoia, lo normal, la cordura, lo lógico y lo incomprensible, en iguales dosis de verdades y mentiras, de sueños o pesadillas. Y que mejor que una isla, un hospital para insanos y una desaparición para resolver por parte de los detectives como objeto de nuestra mirada y pensares.
Es la tercera ocasión en que se lleva al cine una obra de Dennis Lehane. Nacido en Boston, todas sus novelas transcurren en esa ciudad o sus alrededores. Como muestran Río Místico y Desapareció una noche, la especialidad de Lehane es el drama y lo criminal, con antihéroes agobiados por la culpa y la violencia como parte de la vida. Ésta no será la excepción.
Shutter Island propone diversas lecturas porque trabaja sistemáticamente sobre el problema del punto de vista. ¿Qué estamos viendo realmente?, se pregunta la película que parece transcurrir en la cabeza de su protagonista, al punto de que la isla toda podría llegar ser una construcción de su mente. Hay un universo conspirativo (protagonistas aislados con mayoría de gente insana para la sociedad a su alrededor) que se suma a la locura habitual en el cine de Scorsese y el sueño o la pesadilla (flashbacks que son recuerdos, ¿o son creaciones de la mente?) que son parte del todo.
Como punto importante, el director no busca un espectador pasivo. Debemos preguntarnos, interpretar, es una parte más de la película, debemos resolver, elegimos que ver. Al igual que el protagonista, vamos en busca de una verdad, que nos es develada y debemos de asumir como Teddy, esa verdad.
Al igual que en El club de la pelea o El maquinista, se establecen asociaciones entre sueños, el sueño propiamente dicho, noches de insomnio y la cotidianidad, la realidad, en donde la línea entre una y otra no está demarcada. Es allí en donde el protagonista elige, acaso al igual que nosotros cotidianamente, como cuando un sueño se parece tanto a la realidad que uno no puede distinguirlo hasta despertarse.
AÑO: 2010.
ORIGEN: Estados Unidos.
ACTORES: Leonardo DiCaprio, Mark Ruffalo, Ben Kingsley, Michelle Williams, Emily Mortimer, Max Von Sydow, Patricia Clarkson.
DIRECTOR: Martin Scorsese.
GUION: Laeta Kalogridis.
muy bueno el texto, la peli genial, cuando da el giro uno empieza a pensar mucho
ResponderEliminarsaludos
Gracias! Scorsese siempre nos da material para pensar. Saludos!
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