
Amapola del '66,
¿en qué cuerpo estás hoy?
Un alma, viaja al sol, al sol.
¿en qué cuerpo estás hoy?
Un alma, viaja al sol, al sol.
Disco: Amapola del ´66
Banda: Divididos
Banda: Divididos
Enigmática poesía. Siempre Divididos nos regala estrofas, frases, poesía encriptada. Amapola del `66 no es la excepción. No recuerdo cuando fue la primera vez que escuché este disco pero siento que luego de varias, de muchas veces escuchado, sigue mantienendo impoluto su destino de clásico disco de esta banda.
Divididos, una banda parida por Sumo, cuanta con dos líderes naturales, bases ex temporanéas. Luego hay un tercer integrante que suma. Se une. Un invitado permanente. Hoy, un flaco, rubio, que supo a los 14 años dar una prueba de bata para la banda y que fue invitado a una segunda oportunidad de más grande. Y se le dio. Por algo se le dio. Virtuosismo y algo más. Llegó a ser ese tercer integrante. Mollo y Arnedo complementan ideales rockeros. Y eso sobre el escenario se nota. Y en este disco también.
Comienza violento, potente, como "la" piña de Alí a Foreman en Zaire. Aquella piña que tiraba al campeón oficial y que eternizaba a Muhammad. Este disco también es inteligente. Pega, baila, piensa, te va llevando contra las cuerdas en un ring imaginario. Un par de jabs disfrazados de hermosos riffs. Alternado por uppercuts de derecha e izquierda, sin distinción. Unos palazos gigantes al bombo, al redoblante y al pobre platillo que parece que se parte en cada canción atronadora. Te tira unos "crosses" de bajo cada tanto que te dejan sin querer salir de tu rincón. Pedís la cuenta. Mollo, Arnedo y Ciavarella son un grupo que se convierten en los guantes de Muhammad Alí y te pegan sabiendo que son la aplanadora del rock.
La capacidad de encontrar un rock feroz y chacareras hipnóticas. Pasando por suaves melodías, letras populares y poéticas como decíamos, hacen de este disco algo muy diferente a lo que encontramos hoy en las bateas. Me siento viejo diciendo bateas. Y más viejo yendo a comprar un disco. Estos tipos están en su madurez, no solo como personas sino rockera. Son tipos que saben lo que hacen pero que también van en busca de nuevos desafíos. Es uno de sus mejores discos. Hay un concepto. Habla de quién son, que hicieron, que harán. Se permiten darle al más rústico heavy un deleite folcklórico del norte argentino. A aquel que gusta de suaves composiciones, una dosis de adrenalina. Es completo.
Me encontré sudando a lo Hendrix en Monterrey. Pase a estar sentado acompañado por la esperanza en plena soledad a darle a un bombo leguero, zapateando a lo loco. Hasta escuche un ladrido de un perro amigo. Avisando. Guarda. ¿Quién es? Escuchar estas canciones-poesía viajando en algún colectivo apurado de la ciudad, o sentadito en la comodidad del hogar bien al ladito de la ventana o inclusive desde una baranda frenética en El Teatro del místico barrio Flores, te convidan a un viaje del tierra al cielo y de regreso al infierno.
Date la oportunidad. Escuchalo.
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