lunes, enero 31, 2011

Miedo real en tiempo real. La Casa Muda


Al fin llegó. El terror, el suspenso, el miedo se hizo carne. La Casa Muda es el registro cinematográfico de una de las experiencias más importantes del cine uruguayo de los últimos diez años. De corte experimental en su lenguaje, única en su género y trascendental (primera película de Uruguay de la que se hizo una remake) esta película marca un mojón en el cine no solo de ese país sino latinoamericano. La Casa Muda, un grito inquietante, desesperado y oscuro.

Una chica (Florencia Colucci) mira a la distancia y continua caminando por un campo de pastizales a medio crecer. A la distancia, delante de ella, un hombre, su padre (Gustavo Alonso). Los crujidos de sus pasos y una cámara que acompaña. Más allá, la casa. Todo en silencio. Un mudo silencio que grita. De ahí todo en tiempo real. Miedo real. Y hasta ahí voy a decir. Esta inspirada en hechos reales sucedidos a finales de la década del 40 en el pueblo de Godoy en Tacuarembó, Uruguay. Y eso contribuye al morbo. ¿Qué paso ahí? Y no más adelantos o spoilers como le gusta decir a otros. A mi me gusta llegar al cine y no saber que pasará. Apenas unos datos y si se puede, nada de nada. Compartamos la experiencia del "terror" a la uruguaya, bo! Una sutil cadencia en el relato y algunas líneas en el guión transmiten cierta uruguayez en la película o por lo menos a mi me pareció.

Buceando por los inciertos mares mentales, caigo en la cuenta que no hay películas de esta calidad de este género en Uruguay. Sí ciertos cortometrajes pero no una película, así que esto marca un interesante punto de partida. También vale decir, que en la televisión uruguaya, de rara producción propia, hay un programa de este estilo. El suspenso, el terror, las leyendas urbanas son parte esencial de Voces Anónimas. Guillermo Lockhart conduce ya el tercer ciclo de este programa. Es decir, hay una afinidad a estos temas. Uruguay mete miedo.

Gustavo Rojo, productor de esta película tenía ocho mil dólares. O cambiaba el auto o hacía esta película. Buena decisión. Creo que ya puede cambiar el auto tranquilo. La película se despegó de la sola exhibición en Montevideo y alguna ciudades de Uruguay. La película ha sido estrenada primero en Argentina (27/01) y a la hora de escribir estas líneas, se espera una serie de estrenos por América Latina (04/03: Uruguay y Brasil - 10/03: Chile - 01/04: México y hay ya más fechas en otros países). Además fue presentada en la Selección Oficial Sitges 2010, en la Quinzaine des Réalisateurs, Cannes 2010, en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Cuba entre otros.

Opera prima de Gustavo Hernández, La Casa Muda propone terror. Más bien psicológico y menos sangriento aunque alguna que otra gotita de sangre hay. El primer plano es dueño y señor de una única gran secuencia. O al menos eso parece y esta muy bien logrado. De principio a fin no hay corte, transiciones, u otros lugares, flash fowards o flash back. No es Lost. No es Twin Peaks. Es la primera película de este género filmada con este lenguaje. Ya teníamos la experiencia de Русский ковчег (Russkiy kovcheg o sino más conocido como El arca rusa). No es como otras películas y eso esta claro. Es - según versa en su página web - una película realizada con una SLR digital, una cámara Canon EOS 5D Mark II, lo que hace que sea la primera película filmada con una cámara de fotos en América Latina y la segunda a nivel mundial. La calidad que ofrece la película es mágica, casi tangible.

Fotografías tomadas de Facebook de La Casa Muda

Fueron casi dos meses de ensayos. De prueba, ensayo, error y aciertos. Muchos. De un casting de 300 personas, se eligió a Florencia Colucci, la protagonista, sin experiencia en cine y con la carga de llevar al expectador directo al miedo. Eso que por cual - desconozco - pagamos con ganas de vivir. Acompañan como actores Gustavo Alonso, Abel Tripaldi y la niña María Paz Salazar. Además un grupo de no más de veinte personas en funciones técnicas.

La Casa Muda cumple con su cometido. Asusta, te hace saltar de la butaca, esta muy buena diríamos en el barrio. Secuencias logradas, una música que acompaña sutilmente y clásicos elementos del terror bien enunciados. Lo experimental dado en el uso de una cámara de fotos para filmar y un extenso plano secuencia único, facilita ciertas cuestiones narrativas y a pesar de no tener un por qué claro su uso, es una elección de expresión del director y su grupo en el que aciertan. Brinda un realismo bien compuesto en imágenes.

Cuando la vean, quiero comentarios. Y no se levanten de la butaca hasta que enciendan las luces de la sala. Recuerden este consejo.



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