Eduardo Galeano, haciendo música con las palabras

Y ellos, los días, nos hicieron.

Y así fuimos nacidos nosotros,

los hijos de los días,

los averiguadores,

los buscadores de la vida.

(El Génesis, según los Mayas)

Hace minutos veía a dos personas. Por un lado, Víctor Hugo Morales, por otro, Eduardo Galeano. En un delicioso diálogo, ambos me cautivaron. Su inteligencia, sus miradas sobre diversos temas es sobrecogedora. Me siento chiquito por momentos. Los admiro profundamente y son referentes en varios sentidos. Un goce sin igual.

El sábado a la noche, Galeano nos recibió en un artificial escritorio personal que en realidad era un gran galpón acogiendo a muchos fueguitos. Desde una envidiable primera fila, disfruté de la lectura y de esa voz profunda y gentil. A pesar del frío, el calor de todos - incluido él obviamente - hizo mágica a la noche. Cada palabra era celebrada con sonrisas, con aplausos, con placer. Cada minuto allí fue único, de principio a fin. Y al decir del escritor hace minutos, al leer, sentía que esas palabras se convertían en música. Y no estaba equivocado.

La excusa del encuentro en la 38ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires fue la presentación de su último tesoro, el libro "Los Hijos de los Días". Gracias por tanto.

Acá les dejo un video que grabé a metros de su sillón.
Agradezco a otros blogs y blog2(en Perú ambos), también a este blog que compartieron algunos de los videos que subí.. Además a la web de ésta radio y éste diario en Uruguay por difundirlo. Y por último a todos los que compartieron por Facebook y Twitter. Gracias.

Así comenzó

Un tramo destacado

Y aquí, uno de los 366 textos que componen el libro.

Enero 27

Para que escuches el mundo

Hoy nació, en 1756, Wolfgang Amadeus Mozart.

Siglos después, hasta los bebés aman la música que nos dejó.

Esta comprobado, muchas veces y en muchos lugares, que el recién nacido llora menos y duerme mejor cuando escucha la música de Mozart.

Es la mejor bienvenida al mundo, la manera mejor de decirle:

- Ésta es tu nueva casa. Y así suena.

(Extraído de "Los Hijos de los Días", Eduardo Galeano, 2012)